una vez que yo lo decido así.
El mundo le ha indicado a mi madre
la forma en que un ciclón con vellos
debe mover la pelvis; tal vez el pubis.
Soy posesión de un extraño
que dice mi nombre sin acentuar;
tengo dos frentes en mi espalda
y la médula ósea yace
entre ceja y ceja; pues mi nombre
lo ha decidido así.
... pues mi nombre lo ha decidido así,
y no me importa.
Atiborra sus sienes de un
Júpiter más o menos cutáneo,
para entrometerse en los
asuntos de un Dios
cuyo infierno ha decidido,
que mi nombre encause
maldiciones di-amante
y que después de todo
ni se acentúe.
replico
replican
retoman
añoran
suspiran
y tienen vida propia,
las voces y trovadores que inducen
una pausa al pronunciar mi nombre.
Tengo como complejo habitual
ser tan sombra como pueda;
cuando griten las rameras yo
maldiga tan sombra
como pueda.
No sé pronunciar la erre y después
de todo mi nombre se acentúa
al palparle los testículos a
un ángel plateado;
estando en su vientre
todo, todo
disminuye el eco y
mis gemidos.
He querido amarrar los gatos
al escroto de mi buen nombre;
porque después de todo,
padezco el mal de los
párpados grises y
sin duda mi alma
tiene mala ortografía.
ahora llora
luego de comprender
que mi nombre no son más
que treinta dedos unidos;
que todos son tan bulímicos,
y entre sí se vomitan
apocalipsis en
granjeas.
que cuando escapan
de las Delicias,
me hacen recordar la
entrada a Caña de Azúcar;
porque ante cualquier
circunstancia de sosobra.
libidinosa y promiscua,
necesito de mi nombre
para crear otro sector
donde un demonio
viva con recelo.
... después de todo, mi nombre se acentúa
una vez que yo lo decido así.
1 comentarios:
No lo dije antes. Lo digo ahora: Este poema es lo máximo. Es un descubrimiento interesante... pero, no digo más. Todo lo diré en http://acraciapourleporcs.blogspot.com
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