23.8.15

Me concentro en decir solamente lo apropiado
y me mantengo en un polo que no distingo muy bien
esperando entenderte, soportando 
no ser y ser al mismo tiempo, 
comprobando en el oficio
que no me repongo de tantos ciclos,
soy este flujo engañoso que no ha cesado, 
el viscoso flujo enraizado 
a las falanges de mis padres,
soy de alguna manera
el primer hombre en recibir 
a mi madre con decoro
y desde entonces me mantengo en un cuajo
sin poder distinguir de qué lado me encuentro,
si es que estoy muy dentro  
o que ya no quiero repetirme
ya no intento que me recibas con decoro,
entregarme a ti ha sido un acto de valentía
como hincarme a conocerte: 
con la boca abierta,
con la mirada recta de quién recibe pan
y no se siente capaz de tragar,
como recibirte con mi herida divina
para que mi fertilidad alcance a la tuya,
con el desgano de quién soporta tus faenas,
como yo repitiéndome de nuevo,
siendo las putas de mi padre
hincadas a ti,
sola
tuya.


6.3.14

     El miedo condiciona en gran medida el acto de crear y en especial el de vivir. En algún espacio de la ciudad se encuentran esparcidos tres diarios, un adolescente y un niño llorón. A estos personajes atribuyo mis quejas. La pérdida es el acto más renovador, en primer lugar porque su integridad siempre se ve afectada por el miedo y en segundo lugar porque en la medida que aumenta cada giro,  uno admite su insignificancia. Rasgarse la piel es, creer que por cada respiración profunda un niño nace. Esta parte de mi vida no tendrá nombre y me tranquiliza, porque un día no tendré que mencionarla entre líneas. En el proceso se han despejado tantos días, dios mío, tantas caras. Que ahora siento, grito y me escuchan los niños de los diarios perdidos, se asoman por mi ventana, se aseguran de verme y corren para no dejarse ver. Poco a poco han ido perdiendo sus facultades para hablar, pedir, preguntar, escribir y sé que pronto serán más pequeños. Habrán tantas lágrimas, que alcanzará para un pozo de los deseos y regar las plantas de mi edificio.

A quién pueda interesar

http://youtu.be/GpFpl3aFGvw

8.1.14

Cuánt_  vive lo q_e no mu_re
cuá_to hiere, cómo huel_,
cuán_o si_nte lo qu_ no debe
y du_le
c_ando el dol_r cesa p_ro
no m_ere,
una voz q_e nace
que no pad_ce,
y env_jec_ porq_e no llueve
de grullas dor_das q_e ululan mi vi_ntre
de amo_es pleg_bles que van y
vie_en
bahía b_ndita
de ta_tos quereres
camino de grises t_ndido en mis si_nes
el tie_po per_ido solapa en mi fre_te
la llama inf_nita q_e aviva mi fuerte,
ento_ces
maúlla la luna cua_do por fi_
ama_ece
como un globo de sal qu_
tanto sac_de,tanto mece,
tanto remuev_, dios mío
que tanto oscurece
y cuánt_ crece,y cuán_o calla,
...¿mientas vi_o cu_to mue_e?

31.5.13

Buen viaje.

    Estoy al otro lado del cielo queriendo mirar con mis dos heridas, queriendo morder ese pulmón que acuna mi cuerpo y me anuncia que estoy dormida. Una mano viaja cerca de mi ombligo y se diluye en una curva indolora. Antes de partir le muestro el camino hasta mi origen. Seguido, bendigo el anular y lo guío hasta mi glotis porque yace ciego. El índice recorre una línea delgada que me divide en pliegues de dos en dos; tiene el espíritu del niño que reconoce una baranda con su dedo preferido y luego lo introduce en su boca. Así es como se va coagulando un gemido tras otro sin poder advertirle a un niño la tendencia a ser mujer. El gordo no sabe guiar porque sólo aprendió a cerrar el puño de los cobardes y me estorba. Y me parece que le estorba a alguien más. Me habitúo al posa bocas, al posa barbas, a la delicia del posa sexo. El posa pipa (que no es posa pipe) es mi favorito. Ahora, mi preocupación más grande son ese par de vuela cienes, que me adivinan expulsando nubes y me dan la vuelta entera avistando un suicidio. Los dedos van a paso corto y en lo que se refiere al dedo medio: va erguido, erecto como un Dios. Es el único políglota en tomar las decisiones de mi cuerpo, porque define mis rasgos como el disimulo de un trazo indígena y no me compara con ningún oriente. Es el único que habla, que me guarda para el resto del día. En cambio, el meñique de un pianista es el más difícil de educar. No es el dedo número cinco, porque deben entender que el meñique es sólo una extensión del dedo cuatro. El meñique enamora porque mata y ya saben cómo.


       

30.5.13

     Adueñarse de un recuerdo es como adueñarse del presente. Adueñarse de un recuerdo debe ser un acto de supervivencia, una habilidad divina. Es poder fabricar con la punta de la lengua aquel momento en que nace un Dios y se concibe a una hembra. Es poder observar cómo se contagia de piel humana todo el futuro. Es querer eternizar el buqué de un vino chileno y aguantarse las ganas de llorar en el olvido. Es lograrlo. Adueñarse del sentido del olfato, codificar un nuevo ruido. Volverse el himno de un gemido, honrar el jadeo. Colorear la plaza que pertenece a tres o a cuatro mendigos. Pedir permiso. Es acariciarse el centro uno mismo, morderse con los ojos el ombligo y renacer en un viso, en una fuga de gas o en un río. Desdibujarse en un vidrio empañado y confundir el aliento con el espesor de una sombra nueva, renacer en otra sombra. Ser la bola del espejo, ser la bola del espejo, ser la bola en el espejo: el hueco azul. Morder el punto y la coma, comerse la coma, desayunarse el punto un domingo en la cama, porque mi pijama es eterno. Y no acentuar nada, fingir que ya no importa el tamaño de la boca, que uno no se duerme pensando en Freud, ni en nadie. Que uno sueña con el piano una sola vez y lo agradece. Que la sangría no solamente se adueña del texto, sino que tiene la intención de recordar que los recuerdos son comestibles.  

19.4.13

Hito, es que

mañana, cuando abra los ojos
lo que quiero es, 
y lo que me gusta pensar que harás
es colocar tu boca
donde para mí,
siempre es más hermoso. 

24.3.13


     Te advierto que una vez por poco atropello tu recuerdo y muchas otras veces quise agredirlo lentamente. Quise censurarte, yo que no tolero los tapones de boca. Que no me gusta que me ataquen el desconsuelo cuando estoy silente. Que me arrugo cada vez que me tropiezo con escalones flexibles. A veces me sorprende la facilidad con la que describe su intimidad, porque una cosa son las habitaciones vacías y otra muy distinta son los cuerpos que se habitan. Yo, en mi muy personal opinión, creo que el futuro es un monstruo perfecto, una ligera capa que nos divide de una eterna identidad, o de todo lo contrario. Eventualmente tocará encender la lucidez de muchas soledades. Tocará reducir la vida a un salto de rayuela o a una costra marrón, que podría ser la de un hijo mío  o la de un hijo nuestro. Tocará diluirse en nombres imponentes y en un saco de suspiros, tocará  engendrar el carácter de los cuerpos que me habitan. Tocará sentirse ajeno a los domingos y a los días festivos, para que nuestras propias deidades se arrodillen en el pecho de uno de esos cuerpos tranquilos, porque algo me dice que la sumisión será nuestro último recurso y sin embargo hace tiempo que logré emplearme en tu muerte. Hace tiempo que tengo un cielo entre mi pelo y mi cadera, donde pasa tiempo tu recuerdo, escondido, denso y sumiso, porque así es como me gusta a mí. 

22.3.13


4.2.13

Bulbul.

Me resulta confuso encontrar tus iniciales en una sopa de letras;
porque le huyo constantemente a tu recuerdo
a tus gafas y a tu sonrisa
le huyo a tu boca, a tu lengua de animal
redondo
peludo
gordo de pena
maullo para que vuelvas y me salves
maullo para que me respondas con despecho, para saber que vives ermitaño
y adivinar de qué tamaño me odias
maullo, para que respondas
como los osos
para que cese tu llanto
y tus patas se vuelvan redondas,
como los días
maullo, porque antes de rezar maullo
y siempre me hizo falta un animal que me rascara la panza
y me sacara pulgas;
una necesidad casi permanente
que me hace recurrir al recuerdo,
al tangir de la memoria que te guardo.
Veo venir tus quejas, porque
aún no hago cosa que te haga bien;
Pero te di una libertad que pudiste morder de mi pelo, unos rizos
de mis pasiones
mis alas (ena)moradas
y los niños que quise.
Ven, ya crece conmigo;
es que te me haces cada vez más lejos
pero estás ya casi tan peludo como te dejé
y me emociona
me enternece,
porque no me posees
sino me poeses.