Me concentro en decir solamente lo
apropiado
y me mantengo en
un polo que no distingo muy bien
esperando
entenderte, soportando
no ser y ser al
mismo tiempo,
comprobando en
el oficio
que no me
repongo de tantos ciclos,
soy este flujo
engañoso que no ha cesado,
el viscoso flujo
enraizado
a las falanges
de mis padres,
soy de alguna
manera
el primer hombre
en recibir
a mi madre con
decoro
y desde entonces
me mantengo en un cuajo
sin poder
distinguir de qué lado me encuentro,
si es que estoy muy dentro
o que ya no quiero repetirme
ya no intento
que me recibas con decoro,
entregarme a ti
ha sido un acto de valentía
como hincarme a
conocerte:
con la boca
abierta,
con la mirada
recta de quién recibe pan
y no se siente
capaz de tragar,
como recibirte con mi herida divina
para que mi fertilidad alcance a la
tuya,
con el desgano de quién soporta tus faenas,
como yo repitiéndome de nuevo,
siendo las putas
de mi padre
hincadas a ti,
sola
tuya.